Tras una larga negociación, el polémico tratado de libre comercio con países de la cuenca del Pacífico llegó a una calle sin salida este año y amenaza con complicar un eventual gobierno de la demócrata.
El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) amenaza con crearle un problema práctico a la candidata demócrata, Hillary Clinton, pues, de ganar la presidencia, podría complicarle el inicio de su mandato al languidecer y generar nuevas disputas en el Congreso.
El líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, dijo que el acuerdo comercial “tiene serias fallas y no tendrá un voto este año”. Su opinión no es un simple juego político republicano respecto al trato que busca afianzar la relación comercial entre Estados Unidos y 11 países de la cuenca del Pacífico: Chile, Perú, México, Canadá, Japón, Australia, Brunei, Malaysia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam.
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McConnell controla la agenda del Senado y si dice que no se realizará un voto, las esperanzas de aprobar el tratado en el periodo de trabajo posterior a las elecciones, que es siempre considerado como uno de bajo rendimiento ( lame duck session, como se le conoce en el lenguaje político de Washington) está perdido.
Esa era la esperanza de muchos que apoyan el TPP, incluyendo la Casa Blanca, que a principios de mes formalizó una notificación al Congreso respecto a sus intenciones de mandar el proyecto de ley necesario para aprobar el TPP.
Y esa era la secreta esperanza también en la campaña de Clinton, para evitarle a la candidata el trago amargo de manejar el TPP con el Congreso, en caso de salir elegida.
El acuerdo ya le ha costado más de un dolor de cabeza en este ciclo electoral.
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