Brasil es sinónimo de carnaval. Y si la nación sudamericana pasa por una difícil situación económica, sus desfiles de disfraces reconocidos mundialmente también sufren las consecuencias. Este año, los lujosos camarotes del Sambódromo (el escenario más importante de los carnavales) no ofrecerán el whisky importado de siempre: los invitados tendrán que conformarse con la comida típica feijoada.
Félix R. Gutiérrez Rodríguez / El Político
La falta de recursos en esta edición que empieza el 25 de febrero comprometerá la vistosidad del espectáculo pero no su realización. Así lo anunció la Liga Independiente de Escolas do Samba de Río de Janeiro (LIESA).
"El carnaval de 2017 necesitará de creatividad para compensar la falta de recursos", explicó Jorge Castanheira, titular de la LIES, organización que representa a las escuelas que se disputan el trofeo para la reina del año en Río de Janeiro.
Al noreste de Brasil, en Salvador (Bahía), se celebra el segundo carnaval más popular del país, pero esta edición también sufrirá cambios. "El carnaval no está inmune a la crisis, algunos blocos de rua (agrupaciones que animan las calles de la ciudad durante un mes) ya anticiparon que van a reducir el número de días" , declaró Isaac Edington, presidente de Salvador Turismo, organismo que depende de la Alcaldía.
El editor de la publicación electrónica “Carnaval y Samba” cree que "El carnaval está hundido en su peor crisis de los últimos 30 años. Las escolas do samba no tienen recursos".
Adiós lujos
Las comodidades de primera clase del Sambódromo Marques de Sapucaía, en Río de janeiro, también estarán ausentes por este año. Era costumbre que los grandes anunciantes alquilaran camarotes exclusivos para estrellas mundiales de cine y de la música, pero esta vez no se ha confirmado ninguno de estos nombres. Incluso se redujo la cantidad de camarotes de lujo para futbolistas, políticos y empresarios del país.
Los asistentes VIP no podrán degustar del usual whisky importado o de los banquetes con camarones que solían servir en el lugar. Sin embargo, tendrán garantizada la popular feijoada, plato brasileño hecho con frijoles y carne de cerdo.
Para sumar ingresos, los organizadores pondrán a la venta boletos promocionales, con el objetivo de que las gradas del Sambódromo estén repletas, como de costumbre.
Crisis local
Brasil cerró 2016 con una recesión de 3,5%. Esta situación llevo a Río de Janeiro a declarar “calamidad económica” para así solicitar apoyo financiero al gobierno central.
Sin embargo, el ministro brasileño de Economía y Hacienda, Henrique Meirelles, aseguró que Brasil saldrá de la recesión en el primer trimestre de este año. "Nuestra previsión es que la economía sale de la recesión, lo que significa que crece en una tasa moderada en el primer trimestre, pero ya entra en una fase de crecimiento durante el año", apuntó en un evento organizado por el banco Credit Suisse en São Paulo.
Para el ministro, el último trimestre de 2017, el PIB nacional debería crecer 2% en comparación con el mismo periodo de 2016. Pero estos datos contrastan con los expuestos por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que prevé que este año Brasil tenga un crecimiento mínimo de 0,2% del PIB.
La mayor preocupación para el gobierno del presidente brasileño, Michel Temer, es el enorme déficit en las cuentas públicas. Por eso ha propuesto al Congreso un severo ajuste fiscal que se basa en la congelación de los gastos públicos por los próximos veinte años. La medida central ya fue aprobada por el Congreso, pero aún tiene pendientes de votación otras medidas de ajuste.
Tradición única
El carnaval en Brasil consta de cuatros días en los cuales las escuelas de samba compiten por el galardón del año en desfiles ostentosos que llenan de alegría las calles de las ciudades más importantes del país. La celebración inicia en el desfile principal del Sambódromo Marques de Sapucaí, donde el prefecto entrega al Rey Momo las llaves de la ciudad. Desde ese momento, la diversión está garantizada en cualquier rincón.
El Sambódromo fue diseñado por Oscar Niemeyer y alberga el desfile de carnaval más importante de Río de Janeiro y del mundo desde 1984. Anteriormente, la Avenida Marqués de Sapucaí era el escenario para las caravanas de las escuelas de samba.
La samba está ineludiblemente relacionada con los carnavales en Brasil. Este baile actualmente interpretado por las populares garotas fue traído por los esclavos africanos al país a finales del siglo XIX. A partir de esa fecha, empezaron los desfiles guiados por las primeras escuelas. La Deixa Falar fue la pionera en estas actividades en 1920.
Un año duran las preparaciones de las escuelas para el carnaval. Cada una escoge un tema complejo para representarlo en coloridas y pomposas carrozas. La mayoría hacen homenaje a la memoria histórica del país.
La edición de 2017 contará con la presencia de un invitado bastante especial. El nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido el personaje más popular para este carnaval: las ventas de sus máscaras se han disparado desde su llegada a la Casa Blanca, situación que los comerciantes brasileños celebran en un año con problemas económicos.