Enrique Aristeguieta Gramcko nació en Puerto Cabello en el año 1933. A sus 85 años, es el único miembro que queda vivo de la Junta Patriótica que logró derrocar al dictador Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero del año 1958. El pasado febrero fue detenido por el régimen de Maduro, por primera vez en su vida. Durante una visita a Madrid, en la que participó en un evento de Soy Venezuela, concedió una entrevista a ABC.
El Político
- En 1958 la Junta Patriótica y la sublevación popular acabaron con Pérez Jiménez. ¿Por qué Maduro sigue en el poder?
Hay un enfoque diferente. En 1957 había una remota esperanza de elecciones y cuando esa posibilidad se cerró, cambiamos de dirección. La Junta Patriótica fue para derrocar la dictadura, no con elecciones, sino con la combinación de fuerza armada y el pueblo en la calle. En esta ocasión la MUD (Mesa de la Unidad Democrática) ha querido enfrentar a la dictadura como una democracia que no es. Llevo insistiendo en eso 20 años. Ahora al fin se han dado cuenta de que no se puede derrotar a una tiranía, mucho menos totalitaria, hay que derrocarla. No hay otro camino.
- ¿Buscar un referédum revocatorio y el diálogo fueron perder el tiempo?
Sí, porque ya se veía la intención del régimen de no aflojar. El referéndum (contra Chávez) se ganó y nos lo arrebataron; Capriles ganó las elecciones y las arrebataron;aceptaron a regañadientes la Asamblea Nacional y le quitaron funciones y bloquearon, y crearon la Constituyente paralela. No hay posibilidad de salir por las buenas de este régimen. Lo debieron ver hace tiempo, a estas alturas es bastante tarde.
“Chuchear” en Venezuela, el nuevo lujo que no se pueden dar los asalariadoshttps://t.co/pyDzhEhXW4 pic.twitter.com/wpjmLh8J6l
— El Político (@elpoliticonews) 2 de julio de 2018
- ¿Cuál es entonces la solución?
Es muy difícil, porque se ha perdido mucho tiempo y esfuerzo. La oposición perdió sus mejores armas. Habrá que improvisar, encontrar nuevos caminos. Lo que no podemos es rendirnos.
- ¿Vendrá por la presión internacional, por ejemplo las sanciones?
Las sanciones nunca han derrocado un gobierno. La prueba es Fidel Castro: aún están allí sus herederos. Son positivas, pero no suficientes.
- A usted lo detuvieron en febrero, con casi 85 años. ¿Qué le teme Maduro?
La lengua. Les molestan las críticas. Entraron en mi casa a las tres de la mañana como ladrones, saltando las paredes sin orden judicial y armados hasta los dientes.
Con información de ABC Internacional