El Gobierno español sacó pecho el pasado marzo. Por primera vez desde el inicio de la Gran Recesión, cumplía el objetivo de déficit de sus Administraciones Públicas. La comparación europea arroja, sin embargo, una imagen menos favorecedora. España es el país de la UE con una mayor diferencia entre ingresos y gastos públicos.
Redacción El Político
El déficit ascendió el año pasado al 4,5% (el 4,3% sin contar las ayudas a la banca), liderando un listado de países con números rojos que continúa con Francia, Rumania y Reino Unido. El déficit cayó en la inmensa mayoría de los países de la UE, llegando hasta el 1,7%, según los datos publicados el lunes por Eurostat.
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La agencia estadística europea confirma los datos anunciados recientemente por el Gobierno. El objetivo marcado por Bruselas era del 4,6%. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, dijo que España cumpliría los objetivos de consolidación fiscal “con holgura”. Esta “holgura” asciende a una décima (el 4,5%) si se tiene en cuenta el objetivo global.
Y a tres décimas del Producto Interior Bruto si se descuentan las ayudas a la banca, que no computan en el procedimiento sancionador por déficit excesivo, según Eurostat.
Por primera vez en mucho tiempo, España puede presentarse como el alumno aplicado que progresa adecuadamente. Este logro llega un año después de que Bruselas renunciara a imponer al Gobierno una multa por saltarse los objetivos de déficit que podría haber sido muy humillante para el presidente Mariano Rajoy.
La Comisión Europea, además, rebajó dos veces los objetivos de déficit hasta situarlos este año en el 4,5% del PIB y posponer hasta 2018 el momento en el que el agujero de las cuentas públicas en España tenga que estar por debajo del 3%.