El primer debate presidencial entre los candidatos a la Casa Blanca, la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump, mostró la oposición frontal entre ambos, con una hora y media de ataques directos sin contemplaciones en economía, cuestiones raciales, política comercial y exterior.
Desde el comienzo, la ex secretaria de Estado fue directa al ataque, y el magnate inmobiliario aceptó el reto con réplicas igual de contundentes.
"Donald (Trump) fue uno de los que se aprovechó de la crisis inmobiliaria", dijo Clinton en el arranque, y recordó que "la peor crisis desde la Gran Depresión" se debió a un sistema impositivo como el que quiere promover el magnate, centrado en recortar los impuestos a los más ricos.
En el ámbito económico Trump aseguró que el país no podía perder los empleos que debieran estar destinados para los estadounidenses. Clinton habló de una "economía justa", recalcó la necesidad de reconstruir la clase media estadounidense y que la economía debía funcionar no solo para los más ricos.
La declaración de impuestos. Clinton, que ya publicó su declaración de impuestos, atacó nuevamente a Trump de ser el único que no los ha publicado desde la década de 1970. Incluso su candidato a vicepresidente, Mike Pence, también lo publicó.
Uno de los momentos más favorable a la demócrata fue al recordar la polémica acerca de las dudas mantenidas sin fundamento durante años por parte de Trump sobre el certificado de nacimiento del actual presidente, Barack Obama, a quien el republicano acusaba de haber nacido en Kenia y por tanto no poder asumir la Presidencia.
Finalmente, y no sin reticencias, el magnate neoyorquino reconoció hace unas semanas que Obama había nacido en Hawai, aunque durante el debate se arrogó el "crédito" de haber logrado que hiciera pública su partida de nacimiento.
"Simplemente escuchen lo que dice Trump", replicó con sarcasmo Clinton.
Con información de EFE y Univisión