China y Alemania no manipulan sus monedas para sacar indebidas ventajas comerciales, pero deben esforzarse por reducir sus respectivos superávits comerciales con Estados Unidos, dijo el viernes el Departamento del Tesoro.
Redacción El Político
La decisión del Tesoro era esperada porque el propio presidente Donald Trump dio el miércoles un drástico giro en su posición respecto a las prácticas comerciales de China y señaló que Pekín no manipulaba el yuan, reseña AFP.
El primer informe del gobierno de Trump sobre las políticas cambiarias de los socios comerciales de Estados Unidos mantiene, como lo hacía el gobierno de Barack Obama, a China y a Alemania en una "lista de vigilancia", aunque utiliza un lenguaje más enérgico para referirse a esos países.
Durante la campaña electoral, Trump había dicho que en el primer día de su gobierno denunciaría a China por sacar ventajas comerciales indebidas que, sostenía, terminan robando empleos a los estadounidenses y agrandando el déficit comercial bilateral.
"Ningún gran socio comercial de Estados Unidos cumple con los criterios (…) que definen la manipulación de la tasa de cambio", concluye el informe del Tesoro.
Denunciar por prácticas comerciales a China generaría sanciones económicas a Pekín y desencadenaría una guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo.
El Tesoro advirtió empero que "vigilará estrechamente" la política cambiaria china e instó a Pekín a abrir su mercado a los productos y servicios estadounidenses.
Según el Tesoro, China restringe el acceso de Estados Unidos a su mercado y eso explica en parte el colosal déficit comercial estadounidense con el gigante asiático: 347.000 millones de dólares en el intercambio de bienes.
El informe presiona igualmente a Alemania, que tiene con Estados Unidos un superávit que el año pasado fue de 65.000 millones de dólares.
También el gobierno de Barack Obama, había exhortado a Berlín a que estimulara la demanda interna, un pedido al que las autoridades alemanas habían hecho oídos sordos.