La oficina, ubicada en el bajo Manhattan, (Nueva York) tiene todas las características de una empresa emergente de tecnología. Los techos son altos y con un ambiente fresco de depósito, cerveza artesanal tirada en la cocina, y el lugar está repleto de jóvenes, reseña El Financiero
Pero no tratan de crear la nueva aplicación exitosa para móviles. La gran idea aquí es cambiar otro producto ubicuo.
“Hay muchísimas evoluciones en tecnología, pero la ropa interior quedó clavada, digamos, a comienzos de 1900”, dijo Tom Patterson, fundador de Tommy John, que fabrica calzoncillos de calidad superior. “Era una categoría muy dormida”.
Tommy John integra una ofensiva creciente de marcas principiantes destinada a llevar a los hombres a repensar la ropa interior y pagarla más cara.
Muchos tipos se reabastecían sólo después de verse ridiculizados por su pareja, o cuando la desintegración ya era imposible de negar. Gracias a empresas emergentes colegas como Mack Weldon, los hombres están teniendo más en cuenta este artículo cotidiano.
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