Lisbeth Añez, conocía de cerca la realidad de quienes permanecen detrás de las rejas en las cárceles de Venezuela, pero ahora lo vive en carne propia al ser recluido por la justicia venezolana, presuntamente por colaborar con organizadores de protestas.
Añez desde 2014 se dedicaba a hacer donaciones de comida, medicinas y ropa para “presos políticos” en diversos recintos penitenciarios de su país.
Injusta prisión… Maldito Helicoide, hoy cobijas en tus fauces al ser humano mas desprendido de esta cruzada…Lisbet Añez Thomi D.T.B. pic.twitter.com/AgZJ9HblYD
— TODAVERDAD *.:。✿*゚¨゚ (@todoverdadero) 13 de mayo de 2017
Pero su destino sufrió cambió el 12 de mayo, cuando su nombre pasó a engrosar las listas de los denominados “presos de conciencia”, para encontrarse con sus conocidos de El Helicoide (cárcel venezolana), ya no de visita, sino como reclusa.
Información El Nacional
Aquél día, Añez tenía todo listo para abordar un vuelo internacional en el aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía pero, poco antes de subirse al avión, funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) la detuvieron alegando que sobre ella pesaba una orden de captura, por lo que fue presentada en tribunales militares, donde la acusaron por los delitos de rebelión militar y traición a la patria, por lo que le dictaron privativa de libertad.
Denuncian irregularidades
Desde el momento de su detención, Alfredo Romero, director de la ONG Foro Penal Venezolano (FPV) y abogado encargado de su defensa, consideró que el caso estaba plagado de irregularidades.
“La decisión que derivó en la orden de captura no está justificada porque carece de elementos de convicción”, dijo Romero en declaraciones exclusivas para el diario El Nacional.
Explicó que los delitos de rebelión militar y traición a la patria, que tildó como los más graves del Código Procesal Militar, se los imputaron por “colaborar presuntamente con personas que organizan protestas”, detalló.
Además, presentaron como supuestas evidencias audios y conversaciones de Whatsapp. “Para nosotros no existen porque nunca nos los enseñaron”, fustigó. “En su maleta llevaba un libro sobre Leopoldo López, otro acerca de Iván Simonovis, un par de cartas dirigidas a la Asamblea Nacional exhortándolos a colaborar con la liberación de presos políticos, así como un par de reconocimientos por su labor como defensora de derechos humanos”, añadió.
Pasadas 48 horas luego de que se realizara la audiencia de presentación, Romero denunció que ni el equipo de defensa ni los familiares han podido visitar a Añez para constatar sus condiciones de reclusión ni su estado de salud.
Ni siquiera su hijo, Luis González Añez, pudo verla en El Helicoide para celebrar el día de las madres. “No me dejaron pasar”, sostuvo.
Pronunciamiento de la OEA
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, denunció que, en el caso de Añez, se trató de una detención arbitraria y que no puede ser procesada por tribunales militares debido a que es civil.
Lisbeth Añez, otra violación a debido proceso y DDHH d dictadura #Vzla.Tomada presa d Maiquetía sin pruebas xa ser juzgada x TribunalMilitar pic.twitter.com/OC3vV2vegY
— Luis Almagro (@Almagro_OEA2015) 13 de mayo de 2017