La Policía del estado brasileño de Río de Janeiro le pidió este miércoles a sus agentes reflexionar sobre las consecuencias de sus actos, ante las versiones de que pueden iniciar una huelga similar a la de los uniformados de Espíritu Santo, estado en donde se han registrado 90 muertes en cinco días de paro.
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La dirección de la Policía Militarizada de Río de Janeiro, en un comunicado público, admitió que las protestas para presionar por mejores condiciones laborales son legítimas, pero alertó sobre las consecuencias que tendría una paralización de agentes.
El comunicado, que no confirma ni desmiente las versiones de que los policías de Río planean una huelga, fue divulgado tras la multiplicación en las redes sociales de informaciones, hasta ahora calificadas como falsas, sobre la posible huelga de uniformados en la ciudad más emblemática de Brasil a partir del viernes.
"Pasamos por un momento muy delicado, pero es necesario evaluar las consecuencias de nuestros actos. Protestas son legítimas pero necesitamos buscar la mejor forma de reivindicar nuestros derechos", dice la nota de la dirección de la Policía en referencia al atraso en el pago de los salarios y a la negativa de la gobernación de elevar los sueldos.
El comando de la Policía agregó que paralizar un servicio esencial afecta a toda la población, "incluyendo a nuestras familias".
"¿A quién le interesa la barbarie?", se pregunta y añade que su ausencia "causaría males incalculables e irreparables".
Las amenazas de un paro de policías en Río se conocen en medio de la conmoción que ha causado en todo el país la divulgación de imágenes de saqueos y acciones criminales en Espírito Santo, estado vecino en el que los uniformados están en huelga desde el sábado.
La decisión de los policías de no salir de sus cuarteles provocó una ola de violencia en este pequeño estado y ha dejado en solo cinco días unas 90 muertes, según estadísticas del Sindicato de Policías Civiles.
El envío de 1.200 miembros del Ejército y de la Fuerza Nacional de Seguridad a Espírito Santo para patrullar las calles no ha frenado la violencia, donde cientos de comercios han cerrado por temor a los saqueos, las escuelas y algunas universidades también continúan cerradas y solo algunas líneas de autobuses han retomado gradualmente el servicio.
Los policías militarizados de Espírito Santo reivindican una mayor inversión de la Gobernación en seguridad y un reajuste salarial.
Ante la posibilidad de que el caos de Espírito Santo se extienda, el gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao, se reunió este miércoles con su secretario de Seguridad Pública y con los comandantes de la Policía para analizar la situación.
Tras la reunión, Pezao anunció que el pago de los sueldos de los policías será regularizado esta semana y que, pese a la crisis financiera de Río de Janeiro, la prioridad de la gobernación es atender las necesidades de los policías y de los maestros.
Agregó que en el salario de enero será incluido un aumento del 10,22 % para reponer la inflación.
Pese a que la gobernación se ha esforzado por mantener al día el pago de los salarios de los agentes, hasta ahora no les depositó la prima por Navidad ni una bonificación a la que tenían derecho por su actuación en los Juegos Olímpicos de agosto pasado.
Con información de EFE