La isla Taiwán, una de las cuestiones que separan desde hace décadas a Washington y Pekín, contempla con moderado optimismo pero gran incertidumbre la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, así como la reacción que habrá en China a ella.
El Gobierno isleño, que envío a la investidura de Trump una delegación encabezada por el ex primer ministro Yu Shyi-kun, del independentista Partido Demócrata Progresista (PDP), mantiene silencio sobre los cambios anunciados por Trump y sus consejeros acerca de la política hacia China.
En vísperas de la toma de posesión, el viceministro de Asuntos de China Continental, Chiu Chi-ching, enunció la postura isleña marcada por la esperanza de una mejora en los lazos con Washington sin crear mayores tensiones con Pekín y sin convertirse en ficha de negociación entre las dos potencias.
Chiu reiteró el compromiso con la paz y estabilidad en el estrecho de Formosa y con el estrechamiento de lazos con Estados Unidos, basados en "el Acta de Relaciones con Taiwán", que asegura la venta de armas a la isla.
"Taiwán no debe ser una carta o ficha" en las negociaciones entre Pekín y Washington, dijo Chiu en una rueda de prensa en la que reiteró la soberanía isleña y aseguró que Taipei busca una "relación equilibrada" con Estados Unidos y China continental.
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Sin embargo, detrás de estas palabras resuena la esperanza de que Washington fomente un mayor protagonismo internacional de Taiwán, sometida a un embargo diplomático por Pekín por la política de "una sola China", que recorta el espacio diplomático y la participación taiwanesa en organismos internacionales.
Entre expertos y políticos en Taiwán la llegada de Trump a la Casa Blanca desencadena impresiones muy diferentes que van desde un moderado optimismo hasta temores de represalias chinas, pero que coinciden en subrayar la incertidumbre.
En el unionista Partido Kuomintang (KMT), sus líderes subrayan predecibles represalias económicas y diplomáticas chinas, mientras que la mayoría de los analistas ven a Taiwán atrapada entre Washington y Pekín y necesitada de no perder el equilibrio.
China, por un lado, busca anexionarse a la isla, con la que mantiene intensos lazos económicos y una disputa de soberanía, mientras que Estados Unidos quiere utilizarla para apoyar sus políticas en la zona y mantener a Pekín a raya.
"Es probable una mejora de los lazos con Estados Unidos, pero también que se intensifiquen las tensiones con China", consideró en declaraciones a Efe el director de Estudios Estratégicos en la Universidad Tamkang, Li Da-jong.
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Trump supone un cambio en los lazos de Washington con Taipei y Pekín, pero sus consecuencias son inciertas, señalan los expertos.
La primera señal del cambio fue la aceptación por parte de Trump de una llamada telefónica de la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, el 2 de diciembre, para felicitarle por su victoria, que rompió con 38 años de inexistencia de contactos a ese nivel y auguró mejores lazos.
"Aunque Trump ha arremetido en varias oportunidades contra China y hablado positivamente de Taiwán, aún es demasiado pronto para anticipar sus políticas", señaló Li.
Los lazos entre Washington y Taipei mejorarán si Taiwán "juega bien sus cartas y hace hincapié en su voluntad de ser un pacificador regional en sintonía con las aspiraciones de Estados Unidos", dijo el diario Taiwan News en su editorial del pasado jueves.
El asunto de la venta de armas parece que será el que registrará mayor evolución ya que es muy probable que sea menos restrictiva, dijo a Efe la directora del Centro Asiático de la Universidad Tamkang, Joyce Lin.
En el campo del espacio internacional, las perspectivas son menos claras, ya que China ha reactivado la pugna por aliados diplomáticos de la isla y ya le ha arrebatado Santo Tomé y Príncipe a fines del 2016 y bloqueado su participación en organismos internacionales técnicos dependientes de la ONU.
"En realidad las perspectivas son impredecibles, pero no es de descartar mayores represalias chinas si se producen hecho concretos de acercamiento entre Taipei y Washington", auguró el decano de Relaciones Internacionales de Tamkang, Wang Kuo-cheng.
Con información de EFE