Donald Trump escogió un suburbio acomodado de Filadelfia para pedir el voto de las mujeres por primera vez. Acompañado por su hija Ivanka y flanqueado por cinco congresistas republicanas, el candidato presentó dos propuestas concretas: crear una baja de maternidad de seis semanas y permitir que los padres deduzcan de sus impuestos los gastos de guardería de sus primeros cuatro hijos y los derivados del cuidado de los ancianos a su cargo.
Trump asegura que financiará su plan con los fondos dedicados al seguro de desempleo, pero los expertos adviertes que no salen las cuentas y que sus propuestas beneficiarán más a las familias de clase media-alta que a las que tienen menos ingresos, que no están obligados a presentar su declaración de impuestos y por tanto no se beneficiarán de esa deducción.
“Dos de cada tres madres con hijos pequeños tienen trabajo”, dijo Trump. “Muchas familias de nuestro país se gastan más en guarderías que en cualquier otra cosa. Más aún que en vivienda. Y sin embargo se han presentado muy pocas propuestas sobre este asunto”.
El candidato republicano acusó a su adversaria de no haber presentado ningún plan similar pero esa afirmación no es cierta. Hillary Clinton anunció hace un años este plan que ofrece hasta 12 semanas de baja maternal, ofrece ayudas federales a los estados que ofrezcan educación infantil desde los cuatro años y promete mantener el gasto en guarderías por debajo del 10% de los ingresos de cada hogar.
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El candidato republicano apenas improvisó y leyó los detalles de su plan en el teleprompter que utiliza desde hace dos semanas en todas sus apariciones públicas. En primera fila estaban Rudy Giuliani y su jefa de campaña Kellyanne Conway, que ha moldeado la imagen del candidato y le ha empujado a dirigirse a comunidades que hasta ahora no habían recibido su atención.
La presencia de Ivanka en el evento de Pensilvania subraya su influencia sobre el candidato, que unas horas antes había explicado entre risas que su hija le había convencido de que era necesario ayudar a las madres que trabajan fuera de casa. “¡Papá! ¡Papá! ¡Tienes que hacer esto!”, dijo Trump con una voz femenina imitando la forma en que su hija le había dicho que debía anunciar las propuestas que ella misma defiende en este artículo que publica en el Wall Street Journal y que su padre anunció este martes aquí.
El objetivo del plan de Trump es atraer más votos entre las mujeres. Por ahora sus cifras son peores que las de cualquier otro candidato republicano. Los republicanos ganan entre los hombres y los demócratas entre las mujeres. Pero la brecha entre los dos sexos nunca ha sido tan grande según el sondeo publicado a principios de agosto por el Washington Post. En 2008 esa brecha rondó los 14 puntos. En 2012 llegó a los 20. Esta vez podría llegar hasta 33.
Trump es más moderado que algunos de sus colegas republicanos en asuntos como el aborto o la homosexualidad. Pero esas posiciones no le han ayudado a ganar terreno entre las mujeres, que no conectan los detalles más agresivos de su personalidad.
Trump dedicó insultos físicos a varias mujeres durante la campaña, mencionó la menstruación de la presentadora Megyn Kelly y dijo que le parecía “repugnante” que Hillary Clinton hubiera ido al baño en el descanso de un debate presidencial.
Con información de Univisión